Su historia se inicia en 1957 en Cali, de la mano de Ernesto Mejía Amaya, gran emprendedor y visionario, quien crea e impulsa la marca convirtiéndola en un referente en la industria automotriz en Colombia y en Suramérica.
Todo comenzó en abril de 1957, cuando don Ernesto Mejía Amaya, un visionario colombiano de ‘gran octanaje’, creó en Cali una empresa que denominó baterías Mac, la cual 65 años después continúa siendo líder en el mercado nacional y un referente importante en calidad, tecnología y cuidado del medio ambiente.
Fueron épocas difíciles, pero de gran empuje y desarrollo para este tipo de industria, de la cual nuestro país sigue siendo un mercado importante con proyección internacional. Mac, por ejemplo, tiene una marcada presencia en más de 20 países, como Panamá, Chile, Ecuador, Honduras, Guyana, Bolivia, Trinidad y Tobago, Curazao, entre otros, así como en Estados Unidos y Canadá, sus últimos aterrizajes.
Para Oscar Ospina, Gerente de Marca, “la empresa ha tenido una trayectoria súper exitosa, por el buen manejo de la marca y la calidad consistente en sus productos, donde radica en gran parte el éxito en más de seis décadas de existencia, tiempo durante el cual fue protagonista de la llegada de las nuevas tecnologías y el progreso de la industria automotriz en Colombia”.
Mac pertenece actualmente a Clarios, multinacional líder global en baterías automotrices y marca líder en Colombia, donde se comercializa en más de 6.000 puntos de venta del canal mayorista, almacenes de cadena y en las más de 70 energéticas existentes en el país, convirtiéndose, según sus estudios de mercadeo, como una de las marcas con mayor cobertura y más queridas por los conductores colombianos.
De eso podemos dar fe, porque desde que los colombianos tuvimos la oportunidad de tener automóvil, Mac siempre estuvo presente en el nicho desde donde las baterías le daban vida a la máquina. Y, aunque por mucho tiempo esta planta energética arrastró un mito injusto por las responsabilidades que se le otorgaban (cargaba con la culpa de cualquier varada), lo cierto es que los colores amarillo y negro de la marca vallecaucana son una impronta que la identifican como parte del desarrollo de la industria automotriz nacional.
Importantes inversiones vienen implementando en sus procesos productivos y como fruto del constante desarrollo e investigación, hace un par de años desarrolla la tecnología ‘CyclePlus’ lo cual aumenta la duración de las baterías en un 20%, proporcionando mayor tiempo de energía, impactando de forma positiva el desempeño del vehículo y el bolsillo de los colombianos.
Cuenta, también con el portafolio más completo de la categoría, con productos premium y baterías selladas (MAC Gold). Igualmente, brinda soluciones para automóviles con sistema Start-Stop activo (el motor se apaga en las paradas), microhíbridos, híbridos y/o eléctrico. En estos casos, se aplica la tecnología AGM (absorbent glass mat), que permiten recuperación de la energía en el frenado y son aptas para soportar altos ciclos de carga y descarga.
Una nueva planta con inversión de USD $21 millones en Yumbo implementa la última tecnología de producción a nivel mundial, evolución que se extiende al programa EcoSteps, que consiste en la adecuada recolección de baterías usadas convirtiéndolas en materia prima para la fabricación de nuevas baterías. En esta economía circular se garantiza el reciclaje de más del 99% de los componentes de una batería, convirtiéndose en el mejor negocio para el medio ambiente.La diversidad de criterio sobre la duración de las baterías es bien interesante.
Lo cierto del caso, y lo dice un experto en el tema como Oscar Ospina, este tiene relación directa con el uso y buen mantenimiento del automóvil. “El calor y la vibración inciden en su duración, pero, también, el inadecuado mantenimiento en aspectos importantes como la parte eléctrica. Sin embargo, el promedio normal son 2 años de duración.”
Casi 7 décadas de producir energía confiable y responsable, hace de baterías Mac un referente importante en la industria automotriz colombiana y suramericana.
* Opinión de Ricardo Ruiz Espinel
Director de RacingCar